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domingo, 28 de junio de 2009

Rarezas...



Un día volvió…
Hacía aproximadamente una semana que había pedido tiempo para respirar. Se estaba sintiendo aprisionado. Todo había ocurrido tan rápido y no estaba en sus planes el compromiso. De alguna manera era como una traición, pues siempre se supo que era sólo amistad… pero las cosas fueron cambiando… ninguno de los dos tuvo tiempo de digerir el cambio de ruta. Sin embargo volvió… aún envuelto en dudas y ya habiendo roto la promesa de la verdad y la de la lealtad. Ella lo escuchó callada, pues tenía imposibilidad de cerrarle la puerta, aunque sabía que en la caída aún no había tocado fondo. Lo aceptó sólo un par de días, y luego… con el dolor de su alma y de su vientre fue ella misma quien cortó el cordón y lo dejó ir. Olía la traición, y comenzaba a preguntarse si las risas y las lágrimas habían sido ciertas. La misma historia de hace siglos… La misma historia…

Otro día volvió…
Sólo lo dijo. Como una bocanada salió de su boca. Vomitó las palabras que ella tantísimas veces imaginó. Lo que siempre supo. Como hace una mejor amiga que ha perdido el puesto respiró del frío ambiente lo mejor, y salieron las palabras…”está bien… no te preocupes, yo ya lo sabía, o más bien lo intuía…” Los ojos de él se transformaron, se cristalizaron… y sólo respondió… “te quiero… y para siempre te voy a querer…”. La abrazó con fuerza. Ella sólo le dijo que se apurara en tomar el bus, para que no llegara tan tarde y que seguramente lo estarían esperando.

Y un día se quedó…
Volvió, aunque nunca se había ido. Sus cosas seguían ahí… nunca se las quiso llevar… (acaso siempre supo que volvería?...Llegó tembloroso… con timidez…volvió pidiendo perdón y aún angustiado por las mentiras y las omisiones…aún culpable de hacer derramar lágrimas de mujer, sin embargo, ¡se sentía libre!
¿Cómo no perdonar con esa mirada?, ¿cómo no perdonar con esas palabras?, ¿cómo no perdonar?...
Existieron todas las palabras, las necesarias y las innecesarias. Existieron los perdones. Existieron las lágrimas. Existieron las risas. No se sabe si nuevas o resucitadas.